Esta equivalencia es una maravilla. Es exactamente fiel al original y no tiene nada que envidiarle en cuanto a composición, duración o proyección. Es un aroma simple pero eficaz: jazmín. Pero no cualquier jazmín. Es un ramo de flores blancas en todo su esplendor, con nardos hacen que la piel adquiera un olor magnético. La mezcla resulta en unas flores casi acuáticas, como si los pétalos estuviesen húmedos del rocío y el viento fresco de la noche te inundase por completo entre arbustos de jazmines. Lejos de ser un aroma muy maduro, logra captar la esencia de los nardos y el jazmín desde un punto de vista fresco y elegante, pudiendo ser perfectamente perfume de boda. Cuando me lo puse me dijeron que se me olía en toda la casa y que era un jazmín precioso. Considero que funciona en cualquier época, dada su frescura innata para paliar el calor o su reacción de los nardos con la piel caliente que resulta tan embriagadora con climas más fríos. Eso sí, lo veo más para uso diurno, pues es un perfume que evoca luz. Por la noche no considero que brille al 100%, aunque creo que incluso después todo el día, por la noche seguirás oliendo.